
El texto que les dejaré a continuación pertenece al “TRATADO DE ARMONÍA” de Arnold SCHOENBERG, un músico creador, escritor y docente austríaco. Libro de texto que apareció por primera vez en Viena en 1911, referido un aspecto de la música tan atrapante como “la Armonía”
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Lo que les transcribiré textualmente será una parte del capítulo IV – el modo mayor y los acordes de la escala, tratando de no alterar la interpretación del mismo, por no extenderlo demasiado referido a LA CREACIÓN, debido al episodio que ayer nos sucediera en casa, con Martín y Belén cuando les mostraba algunas de mis nuevas canciones del 14 de enero.***********
La primera canción que les mostré se llama “lo que queda” y es una cercanía a la melancólica idea de escuchar una de esas zambas románticas como las del Cuchi Leguizamon salvando las distancias, claro esta. Y lo que en ellos sucedió fue al principio un tanto desalentador para mí. Un poco por ser su primera audición del tema y otro poco porque ninguno de los dos es músico o hace música, comprendí que no entendían lo que yo proponía y se estaban alejando del lugar hacia donde yo quería conducirlos, entonces decidí frenar la reproducción y explicarles por partes desde el comienzo de la canción; por donde yo iba cuando tocaba lo que sonaba, por donde deberían estar ajustando atenciones en cada parte y cuando decidir que una idea concluye y otra comienza, utilizando gestos y frases muy visuales como “entra el aire” o “se va” o “juega”, y entonces logré que descubrieran las partes, disfrutaran de los acentos, jugaran con el ritmo y se divirtieran como yo me divertí explicando.*********
Al respecto, de esa serie de canciones del 14 de enero, pueden escuchar NUBES en el enlace a mi espacio musical, al costado y abajo de este comentario en la parte de PRENSA donde dice “para escuchar” ************
Va el texto:*************
... El historiador puede ser realmente productivo cuando no se limita a ofrecer datos cronológicos, sino que ofrece una concepción histórica; cuando no se limita a enumerar, sino cuando se esfuerza en leer en el pasado el futuro.********
En nuestro caso esto significa que el alumno aprenderá las leyes y usos de la tonalidad como si hoy estuvieran en plena vigencia, pero aprenderá también los movimientos que conducen a su supresión. Debe saber que las condiciones para la disolución del sistema tonal están contenidas en los supuestos mismos sobre los que se funda. Debe saber que en todo lo que vive está contenido su propio cambio y disolución. La vida y la muerte están ya en el mismo germen. Lo que hay entre ellas es tiempo. Así, pues, nada esencial, sino sólo una medida que se llena necesariamente. Con este ejemplo aprenderá el alumno a conocer lo único que es eterno: el cambio; y lo que es temporal: la permanencia. Se dará cuenta así de que mucho de lo que se ha tenido por estética, es decir, por fundamento necesario de lo bello, no está siempre fundado en la esencia de las cosas. Que es la imperfección de nuestros sentidos lo que no s obliga a unos compromisos gracias a los cuales alcanzamos un orden. Porque el orden no viene exigido por el objeto, sino por el sujeto. Que así, esas numerosas leyes que se dan como leyes naturales surgen del deseo de tratar el material de manera más correcta desde el punto de vista artesanal. Y que la adaptación de aquello que el artista quiere realmente exponer, la reducción de la frontera que es la forma artística, sólo es obligatoria a causa de nuestra incapacidad para comprender lo indistinto y lo desordenado. La ordenación que nosotros llamamos “forma artística” no es una finalidad en sí, sino un medio auxiliar. Como tal debemos aceptarla, pero rechazarla si se nos quiere presentar como valor superior, como una estética. Esto no quiere decir que deban faltar en una obra de arte el orden, la claridad y la inteligibilidad, sino simplemente que por “orden” no debemos entender sólo aquellas cualidades que nosotros percibimos como tales. Pues la naturaleza es también hermosa cuando no la comprendemos y cuando nos aparece como caótica. Una vez curados de la locura de pensar que el artista crea por razones de belleza; una vez que se ha reconocido que sólo la necesidad le obliga a producir lo que quizá designaremos luego como belleza entonces es cuando se comprende que la inteligibilidad y la claridad no son condiciones que el artista necesita para instalarlas en la obra de arte, sino condiciones que el espectador espera ver satisfechas.
3 comentarios:
hermoso texto, pero tiene truco, ha sido creado por un creador, o básicamente por un creador. a mi me interesa más la recepción, tanto la primera como las que van surgiendo cada vez que uno se pone delante de la misma obra de arte, como cambia y se clarifica o no. me encanta el tema para discutirlo en profundidad (creación/recepción). Ya llegará el momento. Por ahora me quedo con lo leído.
A lo mejor acabo leyendo también yo el libro de armonía...
Bueno, la idea de transmisión de energías depende del receptor, en el caso de nustras composiciones dependen del escucha, pero las sensaciones de belleza en comunión con lo que "acostumbramos escuchar" es todo un tema, dichoso aquel que no lo padezca...
a.
la costumbre en la recepción (en la que todos caemos) es la gran enemiga de las nuevas creaciones. por eso decía lo del cambio en la percepción de una misma obra. los estandares de belleza van cambiando gracias a la gente que puede ver un poco más allá de la costumbre, ellos son los que hacen que los creadores novedosos lleguen a ser conocidos y pasen a ser costumbre... es una rueda que nunca acaba, por suerte. es lo hermoso de la creación y la recepción, el movimiento continuo, la adaptación, la relectura que te lleva a cambiar de idea sobre algo que te había gustado o no... todo un tema, estoy de acuerdo. +++
m_
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